
Ciudad de México.- Mientras figuras de Morena insisten en deslindarse del comunismo cada vez que se les confronta por su cercanía ideológica con gobiernos autoritarios de izquierda, esta semana el partido fundado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador dio un paso más que simbólico hacia ese modelo político: firmó un convenio de cooperación e intercambio con el Partido Comunista de Cuba, en La Habana.
La encargada de sellar el acuerdo fue Carolina Rangel Gracida, secretaria general de Morena, quien viajó a la isla para participar en el “Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba y contra el imperialismo y el resurgimiento del fascismo”, un evento alineado al discurso ideológico de la dictadura castrista.
Tras el acto protocolario, Rangel fue recibida por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, con quien sostuvo un encuentro privado para “refrendar”, dijo; “el cariño y solidaridad del pueblo de México”. En sus palabras, la morenista aseguró que “Cuba es un ejemplo vivo de que otro mundo es posible”, y convocó a participar en el próximo Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Solidaridad con Cuba, a celebrarse en octubre.
“Vamos a seguir consolidando esa historia de lucha y acompañamiento entre nuestros pueblos”, declaró la secretaria general de Morena, sin matizar el evidente respaldo político que su partido otorga a uno de los regímenes más represivos de América Latina.
El secretario de Organización del Partido Comunista de Cuba, Roberto Morales, fue el encargado de firmar el acuerdo por la parte cubana, en lo que ambos partidos calificaron como una alianza estratégica “de aprendizaje e intercambio”.
La visita, ampliamente difundida en redes sociales por la propia Rangel, provocó un nuevo vendaval de críticas, sobre todo por la contradicción que representa frente a los que fueron los constantes señalamientos del expresidente López Obrador, quien rechazó que su movimiento tenga inspiración comunista, y más aún, nego cualquier intención de llevar al país por esa ruta ideológica.
Críticos de Morena acusaron que este tipo de acciones confirman las afinidades del partido con regímenes autoritarios y antidemocráticos. “Mientras aquí niegan ser comunistas, allá celebran y firman pactos con el Partido Comunista de Cuba, que ha cancelado libertades por más de seis décadas”, escribió un analista político en redes sociales.
El encuentro también avivó el debate sobre la permanencia de médicos cubanos en México, una estrategia defendida por el gobierno federal pese a los cuestionamientos sobre sus condiciones laborales y la falta de transparencia en los convenios bilaterales.
En su visita, Rangel agradeció a los médicos cubanos por su labor en territorio mexicano y reiteró que la cooperación entre ambos países debe seguir fortaleciéndose.
La fotografía con Díaz-Canel, el discurso antimperialista y la firma del convenio con el único partido legal en Cuba (donde la oposición es perseguida y silenciada) alimentan la percepción de que Morena no sólo simpatiza con el modelo cubano, sino que busca replicar algunas de sus formas en México, pese al rechazo que genera entre amplios sectores de la población.
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